Como la mayoría de los jóvenes villeguenses que parten a las grandes ciudades para seguir su vida y formarse como profesionales, Alejo Cabezas e Ignacio Mayorga sentían que debían hacer algo para poder sacarse las ganas de jugar al fútbol en su querido General Villegas.
“Siempre que volvíamos queríamos jugar al fútbol. En 2005 hablamos con Nacho (Mayorga) y armamos un pequeño torneo en esa fecha. Allí nació el Gordo de Navidad”, contó Alejo.
Los primeros torneos se organizaron con muy pocos recursos. En la cancha que prestaba el ex Tiro y Karting (actual Centro Empleados de Comercio) y, según describe el fundador, “era más tierra que pasto”. Las redes las prestaba Oscar Álvarez y contaban con un único referí ad-honorem que era Goico (Carlos Hugo Goicoechea).
Alejo sostuvo que el condimento que otorga el fútbol, deporte amado por los argentinos, nos atrae mucho. “Hoy, además de hacer hincapié en lo social, también lo hacemos en lo cultural con diversos espectáculos en el torneo. Nunca pensamos que se iba a convertir en nada parecido a lo que es hoy”, afirmó.
Además, aseguró que cuando se detiene a mirar hacia atrás se siente profundamente orgulloso de haber armado un evento que prosperó con el tiempo y es muy valorado en muchos sectores de la comunidad. “Cuando pienso en el GDN, pienso en orgullo de haberlo logrado”, expresó.
La amistad es un vínculo que trasciende las canchas
La única premisa que había para armar los equipos en las primeras ediciones era que estén conformados por amigos, sin “extranjeros” (era la denominación para aquellos que no pertenecían al grupo de amigos). Así surgió el primer pilar del torneo: la amistad.
La organización era muy casera: se juntaban en la casa de Mayorga unos días antes de que comience la competencia y convocaban a los capitanes. Cada uno llevaba su lista escrita a mano (por aquella época no contaban con la facilidad que ofrece Excel, ni Google Docs), ponían las listas sobre una mesa y cada capitán chequeaba las demás para corroborar que no hubiese nadie que no perteneciera al grupo de amigos que se presentaba. A veces se armaban debates porque aparecían nombres de primos o parientes lejanos de quienes jugaban y que iban una vez al año a Villegas, eso prestaba a confusión su lugar en el equipo. “Los debates no se armaban en un tono competitivo, sino en el pensar ´me estás robando´”, narró Alejo y agregó entre risas: “A veces había que sacar algún que otro nombre porque era injustificable”.
La honestidad y el respeto como protagonistas
Respecto al fairplay, el segundo pilar del certamen que también se unificó en los primeros años, Alejo dijo: “Como había un solo árbitro que venía para colaborar, le pedíamos a los capitanes que se quejen lo menos posible y que se respetasen los unos a los otros”. Una de las anécdotas que recordó de los primeros GDN es totalmente ajena al fairplay, pero en la actualidad se acuerdan de ella como una de las más graciosas. El ex Atlético Villegas y ex Estudiantes de la Plata, Eloy Colombano, que en aquel entonces jugaba en la reserva del “Pincha”, participaba del torneo con su grupo de amigos. Uno de los encuentros que le tocó disputar fue contra el equipo de Manuel Ghio, un jugador “bastante rústico”, según describió Alejo. En un cruce con el jugador de élite, Ghio fue tan fuerte que la mayoría de los presentes aquella tarde aún recuerda esa patada. “En ese torneo entregamos, por única vez, el premio Fémur de Oro”, dijo.
La solidaridad y la construcción de un mundo mejor para todos
En el año 2014 y advirtiendo el gran crecimiento que estaba teniendo el certamen, Marta Formica les propuso a los organizadores empezar con campañas de donación. De esta manera nació el tercer gran pilar del torneo elegido por todos: la solidaridad. “El Gordo de Navidad es mucho más que fútbol. El entorno donde se hace también es importante porque funciona como espacio de encuentro, el torneo es lo que es porque es muy lindo ese espacio”, manifestó Alejo.
Cuidar el planeta es responsabilidad de todos/as
En esta edición del Gordo de Navidad un nuevo pilar florece y tiene como propósito pensar en un futuro mejor. El Torneo trabajará en medidas que reduzcan al máximo la Huella de Carbono con el fin de dsminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, el GDN promoverá prácticas más sostenibles que ayuden a combatir el cambio climático y generen una concientización en la comunidad.
La educación como faro que ilumina el camino al conocimiento
En el año 2021 el Torneo comenzó a fomentar la educación a través de diversas becas en instituciones como CEAM, UNNOBA y Big Ben para vincular el deporte con la educación, ya que ambos se complementan.
El primer año que comenzó esta iniciativa se otorgaron cuatro becas en CEAM, cuatro en UNNOBA y dos en Big Ben, todas para jugadores y jugadoras del GDN. En el 2022 fueron otorgadas cuatro becas del CEAM y dos de Big Ben para jugadores y jugadoras. Además, en la última edición se sortearon tres becas en el Instituto de inglés para niños y niñas.
La educación es la tinta que llena las páginas de la mente y el GDN es el Torneo que promueve y fomenta el crecimiento no sólo deportivo, sino también educativo.
Por Manuela Gómez